Camino de Namanga
Nos encantan las localidades
fronterizas, con su halo de misterio y constante olor a trapicheo -lo que aqui,
llaman "bisnis"-.
La que separa Tanzania de Kenia, viniendo
desde Arusha, es Namanga, un pueblo polvoriento y de calles muy escarpadas –autentico
trekking urbano-, que comparten ambos paises y que resulta mas genuino y
animado, del lado tanzano. Pasear por aqui, es como estar dentro de un
documental, viendo a los masais, con su colorida vestimenta -tunica roja hasta
las rodillas y otra cruzada al hombro y atada a la cintura-, orejas perforadas
y anudadas y su omnipresente baston o vara.
Son gente amistosa y simpatica, que
comparten habitat con musulmanes de los de siempre -pero negros-, que hoy estan
de celebracion. Al ritmo de tambores, canticos y de la musica de un altavoz
-colocado en una bicicleta en movimiento-, bailan con extraordinario ritmo, durante casi dos horas, en la
carretera principal, cortando el trafico de la frontera, en ambas direcciones.
Namanga
Acabado el fasto, ya de noche, las unicas
diversiones aqui, son jugar al billar y contemplar los partidos de las ligas
inglesa y espanola. Ambas cosas, las viven con mucha pasion.
Partimos hacia Nairobi, situada ya casi,
en el ecuador del planeta. La primera buena noticia, es que al entrar por esta
frontera, los habituales 50 euros de visado, se convierten en 25. Gran
alivio!!.
La segunda, que en la ciudad, al
estar en altura, el calor no es, ni mucho menos, asfixiante. El centro urbano
esta lleno de hoteles baratos, restaurantes de pollo y carnicerias, que
cocinan, donde te puedes dar el festin de un kilo de carne a la plancha o
asada, poir menos de 3 euros.
El caos circulatorio -y eso, que es
domingo- y las constantes avalanchas de gente, que camina a gran velocidad en
todas las direcciones, hacen del asfalto un entorno salvaje, donde dar o
recibir un codazo, un empujon o hasta un punetazo, no tiene la mas minima importancia.
Namanga
Es de esas ciudades vibrantes, donde
bendices con alegria, el momento de regresar al hotel, al comprobar un dia mas,
que has llegado entero. Entonces, ya solo quedan por resolver pequenos
problemillas, como la ausencia de luz y que del grifo del lavabo, solo salga un
hilillo de agua. Namanga
La primera, vuelve en un par de
horas. Para ducharnos, lo hacemos con la linterna y llenando con paciencia, una
botella de coca cola. Resultaba imposible permanecer sin lavarnos el pelo,
despues del polvoriento viaje, realizado esta manana.
Por cierto. Nairobi es una ciudad normal.
Ni anti ciudad, ni no ciudad. ¡!Que bendicion!!.
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