Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

domingo, 8 de enero de 2012

Sagradas, pero muertas de hambre

                                                                                                   Orchha
             La zona monumental de Orchha, está plagada de vacas, que embisten sin pensárselo, como las de Pushkar y de otros lugares más. Un animal habitualmente pacífico, se convierte en muchas zonas de India –en cada vez menos, porque estos (supuestamente) herbívoros, están siendo sacados de las grandes ciudades-, en un peligroso enemigo, como hemos comprobado hoy, tras un despiste, cuando hemos tenido que pelear a fondo con uno de estos rumiantes, para recuperar nuestra papaya y unos plátanos, antes de que cayeran en su estómago. Cada pieza, se la zampan de un solo bocado, como hemos comprobado, con una cáscara de banana.

De poco sirve ser sagrado, como ellas, si estas muerto de hambre y juegas todos los días al gato y al ratón, con los propietarios de los puestos de dulces, para chuparlos o zampártelos, cuando tienen un despiste. En esta ocasión, sólo ocurrió lo primero. Pero lo peor, es que el comerciante, tras el profundo salivazo, golpeó al animal, pero no retiró el género de la venta.

            Por lo demás, nosotros estamos agotados, a pesar de dormir bien –y en cualquier parte- y de no hallarnos enfermos. Nos está pasando factura, la trepidante primera mitad del viaje.
Khajuraho
            Aunque, Orchha nos ha reconfortado, con su acogedora zona peatonal –con maravillosos templos-, el magnífico fuerte, la ribera del río y los gaths, además de los inquietantes y espectaculares chatris, monumentos funerarios de bastante magnitud. Hemos tenido ganas de bañarnos, incluso, pero por nuestro bien resistimos la tentación, en un día muy caluroso. ¿Tiene guasa, que a esta época la llamen, la estación fresca y aquí estemos, a casi 35 grados!.

            En Orchha, hay unos cuantos guiris. Bastantes, son de edad madura y que se conforman, en algunos casos, con tocar la guitarra en el alojamiento, caminar descalzos por las calles o ponerse collares de flores de las ofrendas, al cuello. Al contrario, de otros lugares sagrados del norte, no es costumbre generalizada, fumarse unos chirs, buscarse a umo mismos, ni encontrarse a Sidarta, esperando su llegada, en posición de flor de loto.

            Nuestro anterior destino fue Agra, donde vimos el Taj Mahal –desde las terrazas-, pero no lo visitamos, porque nos negamos en redondo, a pagar la abusiva cifra de 750 rupias, por contemplar una mezquita, algo sobrevalorada, Es el equivalente, a dos noches de hotel o casi seis comidas fuertes, del mediodía.

            La zona, que comunica el Taj Mahal con el fuerte, es agradable para el paseo y la fortificación, presenta edificios interesantes.

                                                                                                     Agra
            Los alrededores de una de las siete maravillas del mundo, sin embargo, se presentan destartalados y caóticos, casi como el Kosovo de otros tiempos o incluso, peor. Menos mal, que aquí se encuentran varios restaurantes, que ofrecen ricos thalis, a 25 rupias –dentro de lo apetitoso, que puede ser ese plato, que es poco- y completísimos desayunos, al mismo precio.

            Entre el delirio del Diwali –fiesta de miles de luces, petardos y fuegos artificiales, que dura cinco días-, desde nuestra calle y por la ventana del hotel, vimos pasar a un muerto, amortajado con una sábana y llevado a hombros, tal vez, camino del río. Los cánticos mortuorios, nos impresionaron. 

1 comentario:

Eva dijo...

Esta entrada fue escrita, originariamente, el 30 de octubre de 2,011.

Muchas de las opiniones, vertidas sobre India en este blog, pueden haber cambiado, con el paso del tiempo y con un mayor conocimiento de las cosas.

Sin embargo, se van. a publicar, tal como fueron escritos, sin modificación alguna.