Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 29 de mayo de 2012

En África occidental, la bolsa siempre va al alza


            Fabricar bolsas –especialmente negras-, debe ser un rentable negocio, en Mali y Senegal. No porque dejen mucho beneficio, sino por el gran número que se utilizan. Realmente, es lo único con lo que viajeros y lugareños, pueden soñar, que les salga gratis, con cualquier compra, por exigua, que esta sea.

            Las transparentes hacen de botella o vaso –para comercializar agua potable, que se bebe, como si lo hicieras de una bota-, plato –envuelven espaguetis, albóndigas de pescado o patatas fritas- o envase para cacahuetes u otros productos de consumo perecedero y urgente.
                                             Árbol repleto de bolsas, en Rosso
Las negras –finas y de tacto áspero- cumplen las funciones anteriores, cuando no hay otras, aunque por lo general, te las dan para el transporte de cualquier cosa, con la condición de que sea ligera y que cuelgue de la mano, porque las mercancías de más fuste, siempre van colocadas sobre la cabeza, en equilibrio o sujetas por los brazos, en forma de asas de jarra.

            Las bolsas negras, en su versión maxi, también cumplen misiones de toldo o cortavientos, en los numerosos puestos callejeros, que se arremolinan en cualquier calle de ciudades y pueblos .Algunos mercaderes más privilegiados, pueden prescindir de estas bolsas, pues tienen la suerte, de contar con sombrillas o marquesinas de maderas y pajillas.

            Hasta nosotros, animados por el ambiente local, llevamos todo en bolsas bien compartimentadas (cargador del móvil, cargador de las pilas, cuadernos, medicinas, pasaportes, el dinero en efectivo…) Y, en cada bar que encontramos, en Mali, nos proveemos de vino embolsado -250 cl- o licores -5 cl-, que se absorbe con gusto –y como ocurre con el agua-, clavando los incisivos y practicando una pequeña incisión en una de las esquinas.

            En las montoneras de basura o vertederos improvisados, lo que más destaca son las bolsas, que vuelan a su antojo, cuando el aire sopla. Hasta en los escasos Carrefour de África, te regalan la bolsa con tu compra –una o las que necesites-. Entonces, ¿qué milongas medioambientales, nos vendieron en España?

            Occidente sigue en crisis, mientras en África, la bolsa es un valor al alza: colgadas de los árboles, de los cables de la luz, entre las patas de las cabras, a modo de vendajes para cubrir heridas de personas lesionadas…    Ziguinchor (Senegal)

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué envidias que me haces pasar Eva!

un beso y un abrazo y a seguir!

lupe