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viernes, 10 de agosto de 2012

En Malasia para siempre, por culpa del banco

Llevamos casi cuatro horas, metidos en este ciber de Kuala Lumpur y durante medio minuto, se ha caído la conexión, debido a la tremenda tormenta vespertina, que inunda el exterior, hasta superar el agua, la altura de los bordillos y que repicotea en el techo del edificio, como si en vez de gotas, estuvieran cayendo naranjas.
                                                                                                Cuevas Batu (Malasia)
            Y no es que estemos aquí durante todo este tiempo, por ser adictos a la red o para guarecernos del agua. El problema  nos lo están generando, las malditas tarjetas de crédito, que nos dan error, tanto con Air Asia como con Lion Air, para reservar un vuelo de Singapur a Bali y otro, de Jakarta a Kuala Lumpur. Lo hemos intentado al menos, quince veces con cada compañía y siempre nos da error, que por las pistas que tenemos, no es de la s aerolíneas –porque ya hemos reservado con ellas, con esa misma tarjeta-, ni de visa, porque utilizando otra de esa clase –que no podemos usar tampoco, porque le han metido un nuevo dígito de seguridad, que no tenemos-, si da acceso. La culpa claramente, es del banco, de la maldita Caja de Madrid.
  
            He cogido tal destreza con la web de Air Asia, que creo que nadie en el mundo, sería capaz de hacer una reserva, más rápido que yo. Y también me sé de memora, el número de todas las tarjetas. Pero el  desarreglo es, que tengo la cabeza más embotada, que si estuviera estudiando la teoría de la relatividad. Estoy a punto de gritar: ¡Baaaaastaaa!.
                     Melaka (Malasia)
            Y nosotros, que con el sol en lo alto, nos habíamos ido esta mañana, tan contentos a las cercanas y bonitas cuevas Batu, pensando que a la tarde, íbamos a cerrar nuestro periplo por Indonesia. Pero ahora nos da la sensación, de que nunca saldremos de Malasia. Viviremos aquí de por vida, seremos malayos de pro –aunque no callos-, esperando el fin de nuestros días y animaremos a su equipo olímpico, que mañana disputa una final de taekwondo. “ra, ra, ra, Malasia ganará”. Y si queremos ir a Indonesia algún día, tendremos que hacerlo por tierra, ¡¡cruzando Sumatra enterita!!. ¡¡Oh, Dios!!.
                                                                            Kuala Lumpur (Malasia)
            Hace dos días que partimos de Vietnam y ya lo echamos de menos. Es paradójico, porque cuando andábamos por allí, estábamos hasta las mismísimas narices. Es del único país, del que en un momento dado, nos planteamos irnos antes de tiempo. Afortunadamente, no lo hicimos. Ahora todo son buenos recuerdos y unas fotos espectaculares, de sus mercados y sus gentes. Inigualables. Pero cuando estás allí, el permanente acoso de las motos, la mala educación y las ganas de sacar partido económico de los vietnamitas, te hacen ver las cosas, de forma diferente. No he visto pueblo en todo el planeta, más grosero y descortés, ni por otra parte, país tan extraordinario.
            Kuala Lumpur (Malasia)
            El cambio al llegar a Malasia ha sido brutal, aunque no sé, si para mejor o para peor. A falta de visitar Singapur, este país es lo más parecido a occidente que hemos visto, desde que volamos a Bangkok. Las cosas y acontecimientos, siguen un curso lógico y ordenado, la gente no agobia y hasta el tráfico –aunque no siempre-, es más respetuoso y relajado

            Pero hemos perdido mucha calidad de vida. El alojamiento cuesta más del doble y es seis veces peor que en Vietnam. Y para que hablar de la comida de aquí, tan vulgar, comparada con las exquisiteces vietnamitas, que hemos degustado durante más de dos semanas. Y encima en Malasia, como país musulmán que se precie, la cerveza tiene un elevado impuesto especial, que la convierte de facto, casi en producto prohibido, para los presupuestos ajustados.

            Nuestras intenciones futuras, pasan por subir hasta Georgetown y Lankawi y luego ir a la zona de Perhentian y Kota Bahru, en el lado este del país. Luego bajaremos a Melaka, para terminar en Singapur. Eso claro está y como he dicho antes, si no nos toca quedarnos aquí para siempre, a causa de las puñeteras tarjetas.
                                                                                Butterworth (Malasia)
            Bueno. Os dejamos, que parece que escampa. Así que vamos a dar una dilatada vuelta, por el fantástico mercado nocturno de Chinatown –donde hay  de todo, casi menos chinos-, una de las principales atracciones, de esta fascinante ciudad. Ayer estuvimos en las Petronas y flipamos bastante.

1 comentario:

Eva dijo...

Este texto fue escrito, originariamente, el 16 de agosto de 2.008.