Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Sin duda, somos estómagos agradecidos


Esta y las dos siguientes son, de Seúl (Corea del Sur)
        Realmente, nos vinimos a Corea del Sur, porque no teníamos pasta, ni ganas de organizar un viaje a Japón, el destino deseado desde hace ya bastante tiempo. Y, ahora, en la -sorprendéntemente- cara Corea, parezco más un contable de poca monta de cualquier empresa, tratando de recortar gastos, que un complacido y aventurado viajero. Menos mal y con carácter de urgencia, que hemos puesto en marcha algunos trucos, que aligeran enormemente nuestro resentido presupuesto. Para nuestro regocijo, a los cinco minutos de llegar a la ciudad de Incheon, entramos en uno de los supermercados de un centro comercial y descubrimos el primero: comer y beber sale gratis, si te lo sabes montar bien y con descaro.

          En estos establecimientos y en muchos mercados, durante unas siete u ocho horas al día, se ofrecen degustaciones de casi todo, que puedes probar, sin coste alguno y -en teoría- sin límite. En muchas ocasiones y a la vez, más de veinte productos, entre pescados y mariscos secos o marinados, salchichas, beicon, pasta, arroces al curry, crustáceos con su cáscara, empanadillas de verduras fritas, bollos cocidos al vapor y rellenos de pasta de alubias, pollo crujiente, queso frito, cefalópodos, algas varias, sopas... y el omnipresente kimchi, que acompaña a todo. Se trata de un macerado, fermentado o marinado de verduras -repollo, pimientos, guindillas...- y que tiene su origen histórico en conservarlas para poder disfrutarlas, durante el largo invierno. Además, frutas, yogures, dulces autóctonos con muy poco azúcar, cerveza, vino, licores, cafés e infusiones varias. ¡Vamos, que sólo falta el cigarrito o el puro!.

          Cuanto más grande es el supermercado y más clientes compran, más generosas son las raciones. Ellos parten de la ingenua y oriental idea de que todo el mundo es honesto. Si te gusta lo que has probado, lo adquieres y si no, sólo pasas una vez. Cuando vas la segunda, aún te ponen carita: ¡son tan atentos!. A la tercera, ya te miran desconcertados y no hay nada más inquietante, que sacar a un/a coreano de su robotizado carácter.

          Ni siquiera, logran entender o aproximarse a la picaresca española, a pesar de que por todas partes aparezcan los “spanish churros” (una versión, por cierto, muy bien lograda de nuestro producto patrio). Para evitar problemas, hoy en día, nos repartimos por todos los centros comerciales de la Seúl, sin quemarlos y dejándolos descansar un par de días entre ronda y ronda.
                                                                                                              Esta y la de abajo son, de Busan (Corea del Sur)
          Además de la gratuidad, la otra gran ventaja de este sistema es, que te permite acceder a decenas de platos de una de las cocinas -creedme- más ricas y sabrosas del mundo. El mejor lugar para gorronear comida es en la capital, el supermercado de la estación central (llamado Lotte y que también está presente en Busan o Daegu, con idénticas características). Igualmente, es el único sitio, donde hemos encontrado “alcohol” barato. Se trata de licores de entre 14 y 21 grados, con sabor a vodka aguado -el famosos soju, que tumba al coreano más aguerrido- o a naranja, limón, melocotón, piña..., muy bien logrados. 360 mililitros cuestan menos de un euro. Saliiéndose de esta agradecida gama low ccost, 20 centilitros de güisqui normal, se te pueden ir a los siete u ocho euros, con toda facilidad. A los esforzados viajeros, Dios nos aprieta, pero no nos ahoga.

          En cualquier país del mundo, siempre tienes una escapatoria para comer barato, aunque sea repetitivo. En Corea, nunca, salvo las apestosas sopas de los modestos Seven Eleven y otros establecimientos, que abren durante la 24 horas (nada que ver con las de Tailandia o de Filipinas, que están realmente exquisitas). Y para muestra unos cuantos botones: una bandeja de fruta de unos 200 gramos, a 9 €; una salchicha rebozada -en puesto callejero-, a 2 €; la carne más barata en un supermercado, a 20 € el kilo; 100 gramos de queso, a 4 €... Hemos visto decenas de tiendas de teléfonos móviles , aunque no su precio, porque viene en números coreanos, pero nos empezamos a temer, que una comida familiar en un restaurante de tipo medio, es más cara, que el patrio Galaxy 6, joya tecnológica de la omnipresente compañía Sansung.


          Si el precio de los alimentos constituye un verdadero disparate, afortunadamente, no ocurre lo mismo con el de los alojamientos y el transporte público. Buscando con mucha paciencia, se pueden encontrar muy buenos hoteles con servicios excepcionales por unos 23 euros/doble/noche. El precio de los autobuses y del tren es algo inferior al que pagamos en España.

7 comentarios:

Eva dijo...

Cuando escribí este post, llevábamos unos diez días de viaje, habiendo visitado Seúl y Busan. Debo decir, que tanto en Gyeongiu o Daegu, encontramos otras alternativas alimenticias en puestos callejeros, como pimientos, huevos cocidos y salchichas rebozadas, además de empanadillas de verdura y pescado procesado, por uno 35 céntimos cada pieza.

Más adelante seguiré hablando de la cocina coreana, que en mi opinión, es fantástica. Y destruyo dos recurrentes tópicos: ni sólo comen arroz, ni todo es tan picante, como se dice. ¡Ñam, ñam!.

Saludos.

Isa dijo...

Muy interesantes artículos sobre un país bastante desconocido. Resulta curioso y sorprendente eso que cuentas de las degustaciones gratis.

Hicísteis la excursión esa típica a la frontera de Korea del Norte??.

Saludos.

Isabel.

Eva dijo...

Hola, Isabel:

Pues no. No hicimos lo de la frontera de Corea del Norte. A nosotros las turistadas y además caras, nos traen sin cuidado. No necesitamos fardar, de que hemos estado en un país, en el que, realmente, no hemos estado.

Desconozco quien organiza estas costosas giliexcursiones. Al menos en Seúl y de forma visible -aunque no preguntamos-, no vimos ninguna agencia -hay pocas-, que la ofreciera. Pero, la verdad es, que no investigamos el tema.

Saludos.

Anónimo dijo...

Joer, quien se pudiera comer esos pulpos, ja, ja.

Salu2

Eva dijo...

Una de las cosas, que más me chocó de Corea del Sur es, que las pescaderías huelen a mar (algo que debería ocurrir en todo el mundo). Los mercados de pescado de Busan y Seúl resultan magníficos. Como comentaremos más adelante, en ellos aparecen los peces en todos sus procesos: vivos sumergidos en agua, muertos, pero frescos, cocinados, secados, marinados o en salazón.

Saludos

Ricardo dijo...

¿No os planteasteis visitar la isla de Jeju, volcánica y verdadero imán para recién casados?

Saludos,
Ricardo Lafita.

Eva dijo...

Hola,

Sí nos lo planteamos, pero los vuelos y los ferries son caros y esta época no era la mejor del año para este destino.

Saludos.