Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

lunes, 2 de octubre de 2017

Hartos, pero poco

                                     Todas las fotoss de este post son, de Bandar Seri Begawan
          Estamos convencidos de que los tres próximos días -escrito, el 31 de julio de 2017- van a ser determinantes y van a marcar el futuro del viaje: a India o a casa, al margen de planes a la desesperada, como Taiwan o Timor Oriental. Pero, estos últimos destinos, ni siquiera los hemos preparado en cuanto a la documentación necesaria para acceder a ellos.

          Mientras nos dirigimos a la frontera de salida de Brunei -entre el verdor de la selva, carreteras bien asfaltadas y la tranquilidad de una tarde cualquiera-, quedamos compungidos, al rescatar la inocente tarjeta turística de nuestro pasaporte, donde en letras rojas y en inglés pone: “Todos los traficantes de drogas serán ajusticiados, según la ley de Brunei”. No debemos tener mucha pinta de serlo, porque al sellar la salida, ni nos miran la cara.

          Antes de partir, esta mañana de Bandar, hemos visitado un moderno y coqueto mercado de frutas, verduras, carnes y viandas elaboradas y no nos ha extrañado -porque ya llevamos viéndolo desde hace tiempo en el primer mundo y desde este viaje en el tercero-, que la mayoría de los puestos se encuentren sin explotar, bien porque no se han adjudicado o porque han cerrado. Y es, que los poderosos y para llenar sus bolsillos, han acabado hasta con los mercados tradicionales, a base de pedir suculentas cantidades por su explotación.

        Licitan grandes obras, que al principio por su hermosura y funcionalidad, maravillan a miles de incautos, que luego se dan cuenta, que deben estar trabajando todo el día solo para cubrir sus gastos y los de quien “amablemente”, les ofreció semejante negocio. Hasta en los países pobres, se están cansando y estando hartos de trabajar, para el rendimiento de los listos.

          Pasado y asumido el lamentable -aunque ya lejano-, asunto de nuestras tarjetas SIM, hoy en día, nosotros solo estamos hartos de pequeñas cosas. La mayor es el calor, a pesar de que llevamos once noches consecutivas con aire acondicionado, en buses y hoteles. Son casi tres meses -entre España, Japón y el trópico-, sin bajar de los veinticinco grados por la noche.

          Otra cosa que nos desquicia bastante, es que en ciudades de tamaño medio de los países en vías de desarrollo, las estaciones de buses de larga distancia, se encuentran a diez o doce kilómetros del centro y con escaso o nulo transporte público, para el agosto de los taxistas.

          En una gran ciudad, me parece hasta recomendable, dado que no hay espacio para meterla dentro y el metro cuadrado es caro, además, de que casi todos los autobuses tardan menos en salir del casco urbano. Pero, no es el caso de “una ciudad no ciudad, como yo las he llamado siempre, a estas de los países desastre, que tienen la siguiente estructura: un downtown irregular y como telas de araña o panales alrededor, se ubican lugares vacíos, parques, zonas sin urbanizar, vertederos..., que unen otros núcleos poblacionales más aislados, feos e irregulares, a veces con rotondas, obras, barrizales, que ni google maps detecta.

          Y, yo me pregunto: ¿en alguno de esos numerosos espacios vacíos, no podrían haber puesto la puñetera terminal de buses? Y, esta forma de proceder, en vez de mejorar o racionalizarse, se extiende como la peste bubónica por Asia, África y sudacentroámerica.

          Igualmente, estamos cansados de tener, que pagar por ir al baño en todas partes, incluidos centros comerciales, aunque compres o terminales de transporte, aunque viajes. Y, como no, de las habitaciones sin ventana exterior, que ya llevamos unas cuantas

          También nos horroriza y dejo el post abierto, por si se nos ocurren más casos, que durante los últimos nueve días, solo haya llovido uno y poco. No se, si el cambio climático, Trump, o el padre de Neymar, han conseguido convertir al terrible monzón del verano en un salpicacalcetines chirimiri de fiesta estival de chistularis.

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